Día a día escucho y
veo cómo se cuestiona cuán de importante es la educación, incluso si es
importante o no. Y ¡claro que es importante! pero ¿por qué?
Aunque cada uno
la entienda de una manera diferente, a cada uno le aporte unas cosas distintas y cada uno la utilice para un fin e interés concreto, no podemos
negar que está ahí, que forma parte de todos y que tenemos que mimarla.
Para mí es un pilar
fundamental con el que no se juega. Únicamente a través de ella conseguimos aspectos que
nos hacen grandes, crecer como individuos, dar pasitos en nuestro ciclo, ser personas. Nos deja pensar sin límites, criticar de manera
consciente o no la realidad (es productivo igualmente) dependiendo de la
situación, aprender de las cosas de la vida, de las personas y de nosotros (esos seres a veces tan desconocidos), hacer lo que nos
motiva, indagar en lo que realmente nos provoca curiosidad, ser la persona que
somos sin pensar en los demás, convivir con los otros, hacer visibles nuestros
valores, principios e ideas…
En fin, para ser clara, concibo la educación como un tesoro de todos y cada uno de nosotros que tiene como propósito darnos esa libertad y felicidad que nos completa como seres. Entiendo que no sólo la educación tiene una función, si no que yo también tengo una función respecto de ella: cuidarla, disfrutarla y transmitirla.
Volemos: seamos libres y felices
Alicia Hernández Hernández
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