viernes, 1 de noviembre de 2013

La educación puede ser un juego, pero no un juguete



Día a día escucho y veo cómo se cuestiona cuán de importante es la educación, incluso si es importante o no. Y ¡claro que es importante! pero ¿por qué? 

Aunque cada uno la entienda de una manera diferente, a cada uno le aporte unas cosas distintas y cada uno la utilice para un fin e interés concreto, no podemos negar que está ahí, que forma parte de todos y que tenemos que mimarla.

Para mí es un pilar fundamental con el que no se juega. Únicamente a través de ella conseguimos aspectos que nos hacen grandes, crecer como individuos, dar pasitos en nuestro ciclo, ser personas. Nos deja pensar sin límites, criticar de manera consciente o no la realidad (es productivo igualmente) dependiendo de la situación, aprender de las cosas de la vida, de las personas y de nosotros (esos seres a veces tan desconocidos), hacer lo que nos motiva, indagar en lo que realmente nos provoca curiosidad, ser la persona que somos sin pensar en los demás, convivir con los otros, hacer visibles nuestros valores, principios e ideas…
En fin, para ser clara, concibo la educación como un tesoro de todos y cada uno de nosotros que tiene como propósito darnos esa libertad y felicidad que nos completa como seres. Entiendo que no sólo la educación tiene una función, si no que yo también tengo una función respecto de ella: cuidarla, disfrutarla y transmitirla.






Volemos: seamos libres y felices

Alicia Hernández Hernández

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