Siempre he
querido aspirar a más, agotar cualquier posibilidad para llegar a alcanzar
aquello que me propongo, cuando la gente
me decía que no podía llegar a alcanzar aquello que me proponía, que no podría
llegar hasta donde ahora me encuentro, muy de vez en cuando me venía abajo, al
igual que también había muchas que me apoyaban, pero ya veis he podido llegar y
lo he hecho de la mejor manera que se pueden hacer las cosas, intentándolo día
a día, poniendo mucho esfuerzo y lo más importante de todo haciéndolo con ganas
y porque fueran cuales fueran los
resultados me sentía feliz y orgullosa de haberlo conseguido, y esto seguro que
os habrá pasado a muchos.
Muchas veces
pensaremos que todo se hace cuesta arriba, que todo nos queda grande, pero
somos nosotros los que realmente debemos de hacer lo necesario para vivir como
merecemos, es cierto que muchas personas por ciertas circunstancias se ven
limitadas a ello, pero ahí entramos nosotros como futuros educadores/As
sociales y sobre todo como personas, para
tratar de ayudar a ver a esas personas que hay
mucho mundo por delante y que todo se puede, no hay nada imposible porque
tarde o temprano eso llegará y creerme que
no hay mayor satisfacción, felicidad, orgullo que ver que gracias a ti o
a tu ayuda directa o indirectamente hay una persona que ríe, que aprende, que
entiende, que lucha, que siente y eso amigos/as
no tiene precio, y eso precisamente en la escuela no te lo enseñan, eso
se vive y se práctica día a día en cualquier parte, aunque no le quito a la
escuela el importante papel que ha tenido ,tiene y tendrá en la educación.
Después de esta
breve reflexión por mi parte, quiero
presentaros mí: propósito de la educación, que no es tanto ver el
estudiar como sufrir, llorar, frustrarse y que no lo que se aprende en la
escuela es lo único importante, ya que se aprende viviendo y que educación es
todo aquello que nos sirva para crecer o no como personas, para saber
levantarse después de una caída, para saber reír después de haber llorado a
mares, para ayudar a las personas de manera incondicional aunque las
circunstancias no acompañen, es tender una mano a cualquier persona ante
cualquier circunstancia, es saber perder y saber ganar, es la vida en sí, es
ser uno mismo y aprender en sociedad.
Y yo en parte
por eso decidí estudiar esta carrera, porque siento en mi esa necesidad de
ayudar, de enseñar y a la vez de aprender, de saber que he ayudado y si no lo
he hecho tratar de buscar por qué y mejorarlo, eso es una cosa que sale de
dentro, es vocación.
La educación es aquel camino en busca de la
felicidad. Lo que cada ser humano tenemos en nuestro interior, la esencia del
ser humano se aprende, se educa con cada detalle de la vida, el cruzar una
mirada, un abrazo, una caricia, una palabra adecuada, un gesto de amabilidad
eso es lo bonito de la vida, que la educación no solamente se queda en los
libros sino que alcanza niveles inimaginables, hay educación en cada rincón del
mundo, se aprende en cada rincón del mismo y eso hay que saber aprovecharlo.
MELANI BODEGUERO GUILLÉN, Estudiante de Educación Social en
la Universidad de Salamanca.