El propósito de la educación es hacer libres y autónomas a las personas. Que seamos capaces de razonar, analizar, evaluar, criticar, juzgar y hacernos valer por nosotros mismos.
Crear conciencias críticas que nos permitan tener una idea sólida y clara de lo que somos capaces de llegar a ser como personas, formar la moral de los sujetos, inculcar principios y valores, ser capaces de vivir en sociedad, eliminar las desigualdades, conseguir un desarrollo integral.
Adquirir las herramientas y conocimientos necesarios para saber actuar ante diversas situaciones de la vida y hacer frente a la realidad. Una realidad en la que desgraciadamente no valoramos lo suficiente la educación que recibimos y en ocasiones no somos conscientes del privilegio que tenemos al acceder a ella.
Es un proceso complejo, pues no solo estamos hablando del conjunto de conocimientos y destrezas que aprendemos en la escuela, va mucho más allá de lo académico y del sistema reglado formal ya que podemos aprender de manera inconsciente e involuntaria de cualquier acto que incluso influirá posteriormente en nuestras conductas o formas de ver la vida.
Es un aspecto que abarca tanto... que se podría decir que la educación es todo.
Diría que se trata del mayor legado que nos han dejado nuestros antecesores, lo que ellos más valoraban pues no todo el mundo tenía el privilegio de acceder a la educación. La transmisión de cultura, costumbres, de sabiduría por parte de nuestros antepasados, todo ello no deja de contribuir a lo que entendemos por educación.
Tenemos que ser conscientes de que es un medio que nos abre puertas, nos da oportunidades. Con la educación vas a cualquier parte.
Por estas razones creo que es lo que nos puede hacer libres, lo que hace que pensemos por nosotros mismos, contribuyendo al fin último de las personas que es alcanzar la felicidad.
Alicia Martín Muñoz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario