Cuando en clase me preguntaron cuál es el propósito de la
educación, al instante fluyeron un montón de ideas en mi cabeza, la primera de
ellas fue tan genérica que me limitaba las palabras a 5: la educación lo es
todo.
Escribo esta entrada
al blog para liberar la multitud de ideas que surgen en mi cabeza cuando
pienso en lo que yo creo que es educación:
La educación como antídoto contra
la indiferencia.
La
educación como un camino para la libertad.
La educación como una forma de
buscar la felicidad.
La
educación como potente generadora de inquietudes.
La educación para crear
conciencias críticas.
La educación para desarrollar la creatividad de la persona.
La educación como una forma de
vida.
SÍ, COMO UNA FORMA DE VIDA. Si englobamos todas las ideas
anteriores se genera un estilo de vida que trataré de explicar a continuación.
La educación es una
fuerte herramienta que consigue enlazar todo lo que pase por la cabeza de
cualquier persona y ordenarlo para conseguir sus aspiraciones, sus ilusiones y
sus sueños más profundos. Porque quien tiene educación no se siente coaccionado por nadie
para tomar sus propias decisiones porque ha desarrollado una conciencia
crítica y es capaz de cribar toda la información para decidir lo que queremos y
lo que deseamos y eso nos hace libres. Sin que nadie contamine tus
pensamientos, sin que nadie pueda destruirlos. Alguien que toma la educación y
no la rechaza apartará la indiferencia de su vida, puesto que el saber y
comprender hace que defiendas y creas en aquello con lo que te sientes más
afín.
Soy de las que piensan que la educación es como una droga,
es adictiva, pues cuanto más conoces sobre algo, más ansias de aprender generas
en ti misma, en ti mismo. Son las Inquietudes. Para mí las inquietudes son muy
positivas porque son esos pequeños alicientes para conocerse y descubrirse a
uno mismo, a una misma. Para mí descubrir cómo es tu propia personalidad, tus
gustos y aficiones y tus aspiraciones es una de las cosas que más feliz te
hacen.
También he hablado de creatividad. Para mí la creatividad es
una cualidad importantísima en la educación, pues cuanto más creativas sean las
diferentes soluciones, propuestas o ideas respecto a un tema, un problema o una
opinión más acertada será nuestra decisión, o más completa será nuestra
elección y por tanto más efectiva. La creatividad también es necesaria para la
inteligencia emocional, que en mi opinión también forma parte de la educación
de una persona. Van de la mano aunque no sé muy bien por qué. Para mí todo tipo
de arte lleva implícito un proceso creativo y mediante el arte se puede enseñar
mucho, y también gracias a él se aprende a gestionar las emociones tanto interpersonales
como intrapersonales.
Soy consciente de que es una visión muy utópica e idealizada
de la educación, pero es la educación en la que creo y la educación a la que yo
aspiro como futura educadora social.
Beatriz Sánchez Herráez, Estudiante de 2º de Grado en Educación Social en la USAL.
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